Si vas a crear nuevos proyectos y experiencias de aprendizaje, empieza por conectar con tus propios gustos y pasiones.
Diseña experiencias de aprendizaje en las que tú seas el primero en disfrutar aprendiendo.
Empieza pensando en la introducción del proyecto. ¿Cómo será la provocación que presentarás a tus alumnos?
¿Motivará este desafío o problema a mis estudiantes?
¿Tiene un propósito?
¿Está situado en la realidad?
¿Resulta persuasivo?
Debido a la estrecha relación del proyecto con la realidad, ¿puedo invitar a expertos externos a participar en él?
Entre nosotros, ¿conocemos a padres de alumnos o a otros miembros de la comunidad que desempeñen su labor profesional en el ámbito del proyecto y que puedan colaborar? ¿Qué roles podríamos asignarles?
Si ya tienes una idea más clara sobre el desafío y el producto, puedes pensar en las características de la presentación pública de la muestra. Piensa que, con mesura y de acuerdo con las características del proyecto, cuanto más abierta sea la invitación y mayor la posibilidad de exponer los productos, mayor es la responsabilidad que se genera en el proceso de aprendizaje y más rica será la comunidad de aprendizaje.